CAPÍTULO 1
– ¿ME ESCUCHA, SARGENTO? Cambio.
– Aquí el sargento López –respondo. Sólo quiero regresar al cuartel y volver
a casa–. Escucho alto y claro, cambio.
– Sargento, tenemos una llamada de emergencia de una casa cerca de su
posición, en Villacastro. Cambio.
Suspiro. Es sólo mi segunda semana en el nuevo puesto y el día es terrible. La
tormenta de nieve llega esta noche. Tenemos que avisar a la gente de todos los
pueblos de la región, pero la mayoría de mis compañeros están enfermos por gripe.
Sólo quedamos dos agentes sanos para visitar todos los pueblos.
– Gracias, central. ¿Cuál es la dirección?
El pueblo no está lejos. Cambio de carretera y veo los pri-meros copos de
nieve.
el sargento – sierżant
responder – odpowiadać
cambio – odbiór
el cuartel – posterunek
alto – głośno
claro – wyraźnie
la llamada de emergencia – telefon
alarmowy
la posición – pozycja
suspirar – wzdychać
el puesto – stanowisko
la tormenta de nieve – śnieżyca
tener que – musieć
avisar – ostrzegać
el pueblo – miasteczko
quedar – zostawać
sano – zdrowy
cambiar de – zmieniać (coś)
la carretera – droga, szosa
el copo de nieve – płatek śniegu
CAPÍTULO 2
VOY DESPACIO: hay hielo en la carretera. Cerca del pueblo, un Renault rojo
se cruza con mi coche. No veo al conductor, pero tiene prisa: quiere evitar la
tormenta.
Villacastro es una aldea: sólo diez casas con una pequeña iglesia. Las calles están
vacías, ya casi blancas. El único rastro de vida es un pequeño todoterreno
amarillo: un Suzuki escondido detrás de un huerto. Encuentro la dirección del
aviso y aparco frente a la casa. No hay nadie.
– Central, estoy en el lugar. Cambio.
– ¿Algo extraño?
La vivienda está rodeada por un pequeño patio. Hay un par de casas
parecidas cerca.
– No veo nada extraño... La puerta está cerrada, y no hay ventanas rotas. No
hay luz en el interior. Tampoco ningún vehículo aparcado, ni pisadas. Voy hacia
allí: regreso en menos de quince minutos. Cambio y corto.
Salgo del coche con la mano sobre el arma. No la saco aún. “Estas llamadas
casi siempre son malentendidos”, pienso. “Un vecino viene sin avisar, un familiar
entra en casa por sorpresa... La gente mayor se asusta y llama inmediatamente a la
policía. Pero rara vez pasa nada”.
Golpeo la puerta. Nadie responde.
Cojo mi linterna y rodeo lentamente el edificio. Miro por las ventanas y busco
algún rastro de violencia. Sólo veo una casa normal: un salón, una cocina, un
baño... Todo vacío.
– ¡Buenas tardes, agente! –oigo a mis espaldas.
Me giro. A unos metros de mí, me saluda un hombre mayor con muletas.
el hielo – lód
cruzarse – mijać się
tener prisa – spieszyć się
evitar – unikać
la aldea – wioska
vacío – pusty
ya – już
el rastro – ślad
el todoterreno – samochód terenowy
escondido – schowany
el huerto – ogródek
extraño – dziwny
la vivienda – dom
rodeado – otoczony
un par de – kilka
parecido – podobny
la pisada – odcisk buta
el arma – broń
la – ją
sacar – wyjmować
el malentendido – nieporozumienie
el vecino – sąsiad
el familiar – krewny
mayor – starszy
asu starse – przestraszyć się
rara vez – rzadko
golpear – uderzać
la linterna – latarka
rodear – otaczać
el edificio – budynek
a mis espaldas – za plecami
la muleta – kula (do chodzenia)
CAPÍTULO 3
EL HOMBRE ES DELGADO, con una barba canosa. Tiene unos sesenta
y cinco años, y está nervioso. Camina con dificultad: tiene problemas en ambos
pies.
– Soy Gonzalo Gómez. Yo les he llamado –dice.
– Buenas tardes. Soy el sargento Tomás López. ¿Qué ha ocu-rrido?
– He despertado de la siesta y he oído ruidos en la casa –explica, más
tranquilo–. He preguntado varias veces y nadie ha respondido. El ruido ha
continuado un tiempo... Así que he bajado a la cocina, he salido por la puerta de
atrás y he ido a casa de mi vecina.
– ¿Y no ha visto a nadie?
– No... Pero me he asustado. Estoy seguro de que he oído a alguien.
– ¿Cuánto tiempo hace de esto?
– Una media hora. Quizá menos...
Ya cae mucha nieve. Estoy seguro de que el señor Gómez se ha asustado con el
ruido del viento o de algún animal... Pero no puedo volver todavía. Debo
examinar la casa.
– ¿Puede quedarse en la puerta? Quiero mirar dentro –le digo al anciano.
– Por supuesto... También puedo entrar yo, si quiere.
– Gracias, pero aquí está usted más seguro.
Doy la luz, pero no se enciende. Cojo mi linterna otra vez y le doy otra linterna
más pequeña al hombre.
“Con cuidado, Tomás”, pienso. “Cada rincón es un posible escondite para el
ladrón”.
Entro en todas las habitaciones, pero no veo nada raro. Cuando regreso a la
puerta, el anciano está tenso.
– ¿Ha encontrado algo? –pregunta.
– No... No hay nadie, y la cerradura no está rota. Quizá ha sido sólo el viento.
– Hay muchos robos en la zona, ¿sabe? Normalmente nunca hay nadie en las
casas, y no han atacado a nadie... pero es peligroso.
– Antes he visto un coche en la carretera. Mañana puedo investigar. Desde
luego, aquí ya no hay nadie.
Miro el reloj. Es tarde, y ya hay mucha nieve en la calle. “Estoy aislado en este
pueblo”, pienso.
– La tormenta ha empezado... ¿Puedo quedarme aquí esta noche? –pregunto al
anciano–. Sólo si no es molestia. La máquina quitanieves comienza a funcionar
mañana por la mañana. – Sí, claro... Mi vecina y yo vamos a pasar la noche en su casa. No quiero estar
solo. Puede quedarse con nosotros.
– OK... Aviso por radio y voy a la casa.
la barba – broda
canoso – siwy
u nos – jakieś
ambos – oba
les – do państwa
ocurrir – wydarzyć się
el ruido – hałas
varias veces – kilkakrotnie
así qu e – tak więc
bajar – schodzić
estar seguro de – być pewnym
¿cuánto tiempo hace de...? – ile czasu
minęło od...?
quizá – może
caer – spadać
el viento – wiatr
deber – mieć powinność
examinar – przeszukiwać
qu edarse – zostawać
el anciano – staruszek
dar la luz – zapalać światło
encenderse – włączać się
con cu idado – ostrożnie
el rincón – kąt
el escondite – kryjówka
el ladrón – złodziej
raro – dziwny
tenso – spięty
la cerradura – zamek
el robo – kradzież
la zona – okolica
investigar – sprawdzać, badać
desde lu ego – oczywiście
el reloj – zegarek
aislado – odizolowany, odcięty
la molestia – kłopot
la (máqu ina) qu itanieves – pług
odśnieżający
comenzar – zaczynać
vamos a pasar – spędzimy
CAPÍTULO 4
LA VECINA se llama Amelia. Es una mujer corpulenta, de la edad de Gonzalo.
Todavía está nerviosa.
– Este número de robos no es normal. Seguro que un día pasa algo grave –dice
mientras cocina–. Es sólo cuestión de tiempo.
– Estos robos son una prioridad para nosotros. Tienen mi palabra –respondo–.
¿Cuántas personas viven en el pueblo?
– Pocas, casi nadie –responde Gonzalo–. En invierno quedamos sólo cinco
personas: nosotros, el pastor y un matrimonio. El resto de casas están vacías hasta
primavera. En verano somos más de veinte habitantes: durante las fiestas el pueblo
se llena con hijos, nietos y gente de vacaciones... Pero ahora está casi vacío.
El teléfono suena. Amelia responde, pero se lo pasa a Gonzalo.
– Es tu hermano. Pregunta por ti.
Gonzalo coge el aparato y tranquiliza a su hermano. Habla un rato con él y se
despide hasta Navidad. Fuera, el viento es muy fuerte.
– Lo veo poco, ¿sabe? –me cuenta–. Trabaja en la costa, cerca de Barcelona,
y no puede venir a menudo... Pero hablamos casi todos los días.
– ¿Él también es de aquí?
– Sí, pero el trabajo en el campo nunca le ha gustado. Ha trabajado en Barcelona
como vendedor casi toda su vida. Hace poco ha montado una tienda de coches
de segunda mano. Tiene el negocio más grande de la zona.
– ¿Y por qué no se muda con él? –pregunto–. Aquí vive solo. ¿No es difícil para
usted?
– ¿Lo dice por mis pies? –golpea sus zapatos con una de las muletas–. Estoy
acostumbrado. Hace mucho que me han amputado los dedos. Un accidente con
el tractor. Me mantengo con la indemnización del seguro y mi pequeño huerto.
Amelia nos llama. La comida está hecha. La sopa sabe estupendamente, sobre
todo en medio de la tormenta.
Hablamos un rato, pero pronto siento sueño. “Es extraño”, pienso. “Sólo son las
diez de la noche... Pero el día ha sido largo”.
– Les pido disculpas, pero debo ir a dormir. La máquina quitanieves llega
temprano, y tengo que volver al cuartel.
– Puede dormir en la habitación de la derecha –me dice Amelia.
– Muchas gracias, pero no quiero molestar. Puedo dormir en el sofá; no es un
problema.
Salgo de la cocina y me tumbo sobre el sofá. Me duermo en un instante.
Los gritos de socorro de Amelia me despiertan al día si-guiente. Ha encontrado el cadáver de Gonzalo.
corpu lento – tęgi
grave – poważny
cu estión de – kwestia (czegoś)
la prioridad – priorytet
el pastor – pasterz
el resto – reszta
el habitante – mieszkaniec
llenarse – wypełniać się
sonar – dzwonić
pasar – podawać
coger – brać
tranqu ilizar – uspokajać
el rato – chwila
despedirse – żegnać się
fuera – na zewnątrz
lo veo poco – rzadko go widuję
contar – opowiadać
la costa – wybrzeże
el vendedor – sprzedawca
montar – zakładać
de segunda mano – z drugiej ręki,
używany
el negocio – biznes, interes
mu darse con – przeprowadzać się do
(kogoś)
por – z powodu
acostumbrado – przyzwyczajony
hace mucho que + czasownik – dawno
mantenerse – utrzymywać się
la indemnización – odszkodowanie
el seguro – ubezpieczenie
hecho – gotowy, zrobiony
sobre todo – przede wszystkim
en medio de – w środku (czegoś)
sentir sueño – robić się sennym
pedir disculpas – przepraszać
ir a dormir – iść spać
molestar – przeszkadzać
tumbarse – kłaść się
el socorro – pomoc
siguiente – następny
el cadáver – zwłoki
CAPÍTULO 5
LOS GRITOS VIENEN de afuera. Me levanto del sofá rápidamente y salgo
por la puerta hacia la casa de Gonzalo.
La tormenta ha terminado: el pueblo está completamente blanco. La nieve me
llega hasta la cadera, pero alguien ha excavado un estrecho camino entre ambas
casas. Saco el arma. “¿Cuánto tiempo he estado dormido?”, me pregunto.
Encuentro a Amelia en el mismo lugar donde he conocido a Gonzalo. Me abraza
y comienza a llorar.
– ¡Lo han matado, agente! ¡Lo han matado!
– Tranquila, doña Amelia... Ya estoy aquí –le digo, pero todavía está alterada.
La puerta está abierta. Esta vez, la cerra-dura sí está rota. No veo ninguna pisada
extraña por este lado de la casa. El intruso puede estar dentro.
– Amelia, ¿puede volver a casa? ¿Puede llamar al cuartel? Necesito refuerzos
urgentemente.
Amelia no me responde. Tengo que repetir las instrucciones lentamente un par de
veces. Finalmente, reacciona y vuelve a toda prisa, asustada.
Quito el seguro de mi arma y entro en la casa. La cocina está en orden, pero
en el pasillo hay signos de robo: cajones abiertos, papeles por el suelo, objetos
rotos... Entro en el salón y encuentro el cadáver de Gonzalo. Está bocarriba, sobre
un charco de sangre.
“Dios mío...”, pienso. “¿Cómo ha pasado esto?”
Gonzalo ha recibido dos disparos: uno en pecho y un segundo en la cara.
También tiene heridas en las manos. No necesito comprobar el pulso: nadie puede
sobrevivir a esos impactos.
Igual que la noche anterior, recorro la casa en busca de un intruso. De nuevo,
no encuentro a nadie. Salgo de la casa por la puerta principal. Para mi sorpresa, el
camino hacia la carretera está completamente despejado. “La quitanieves ha
venido, pero no me ha despertado”, pienso. “¿Por qué no la he oído? ¿Por qué no
he oído los disparos?”.
Con esfuerzo, abro la puerta del coche.
– Hay que avisar a la forense –comunico por radio al cuartel–. Y debemos avisar
también a la Unidad Central Operativa[1]. Tienen que enviar un inspector
inmediatamente.
de afuera – z zewnątrz
llegar – sięgać
la cadera – biodro
excavar – kopać
estrecho – wąski
abrazar – obejmować
alterado – niespokojny
el lado – strona
los refuerzos – posiłki, wsparcie
u rgentemente – pilnie
a toda prisa – czym prędzej
quitar el seguro – odbezpieczać
(broń)
en orden – w porządku
el pasillo – korytarz
el signo – znak
el cajón – szuflada
por el suelo – na podłodze
el objeto – przedmiot
bocarriba – na plecach
el charco – kałuża
la sangre – krew
el disparo – strzał
el pecho – pierś
la herida – rana
comprobar – sprawdzać
sobrevivir – przeżyć
el impacto – uderzenie
igual que – podobnie jak
anterior – poprzedni
recorrer – obchodzić
en busca de – w poszukiwaniu
(czegoś, kogoś)
despejado – odgarnięty
con esfuerzo – z trudem
el forense – lekarz sądowy
CAPÍTULO 6
AMELIA ME ESPERA en la puerta. Le digo que no hay nadie en la casa y que
vienen más agentes. Entramos dentro para hablar. Amelia es la única testigo,
y cualquier detalle puede ser importante.
– Amelia, necesito saber qué ha ocurrido esta mañana. ¿Cuándo ha visto
a Gonzalo por última vez?
– A las siete... Quizá un poco más tarde. Se ha levantado a esa hora para quitar
la nieve. Ha despejado el camino hasta su casa durante una hora. Ha echado sal,
me ha devuelto la pala... –Amelia hace una pausa. Todavía está conmocionada–.
No lo he visto después... Me ha extrañado, y por eso he ido a su casa.
– ¿A qué hora ha ido allí?
– Sobre las nueve. He llegado a la puerta, he visto la cerradura rota y me he
asustado. Lo he llamado desde fuera, pero no he oído nada. He entrado y...
Su voz se corta. Siento su angustia, pero necesito más información.
– Amelia, ¿puede pensar en el resto de la mañana? ¿No recuerda nada extraño?
Un golpe fuerte, algún sonido grave... Incluso el motor de un coche a lo lejos.
¿Ha oído algo de eso?
Amelia niega con la cabeza. Me abraza de nuevo: sólo puedo acariciar su
espalda unos minutos. Debo salir para recibir a mis compañeros.
Por el camino, pienso en la ironía de la situación. “He abandonado el trabajo
en Madrid por el estrés... Y en sólo dos semanas aquí, ya tengo un homicidio sin
ningún sospechoso claro”.
Con rabia, doy una patada a la rueda de mi coche. “Me quedo dormido
y matan a un hombre a sólo unos pasos de mí... ¿Cómo ha podido ocurrir?”
me – mnie, na mnie
el testigo – świadek
cu alqu ier – jakikolwiek
qu itar – usuwać
echar – rzucać
devolver – oddawać
la pala – łopata
conmocionado – wstrząśnięty
extrañar – dziwić
por eso – dlatego
sobre + godzina – około
la voz – głos
la angu stia – strach
el golpe – uderzenie
el sonido – dźwięk
el motor – silnik
a lo lejos – w oddali
negar – zaprzeczać
acariciar – głaskać
recibir – przyjmować
por el camino – w drodze
abandonar – porzucać
el homicidio – morderstwo
el sospechoso – podejrzany
la rabia – wściekłość
dar u na patada – kopnąć
la ru eda – koło
a u nos pasos de – kilka kroków od
CAPÍTULO 7
MI SUPERIOR, LA COMANDANTE Consuelo Cano, llega acompañada de
otro oficial. Es un hombre de unos cuarenta años, alto y delgado. Imagino que es
el inspector de la central.
La comandante Cano está a punto de jubilarse. Normalmente es una mujer
tranquila, pero hoy no parece contenta.
– Buenos días, sargento –me saluda con tono duro–. Este es el teniente Antonio
Robles, de la Unidad Central Operativa. Es el responsable de la investigación.
– A sus órdenes, mi teniente –saludo.
– El equipo del cuartel me ha resumido la historia –responde–, pero quiero ver
si he entiendo todo bien. Un hombre llama ayer a la guardia civil[2] porque hay
alguien en su casa. Usted viene. Revisa la casa. No encuentra nada. La tormenta le
pilla aquí, así que pasa la noche con el hombre y su vecina, en una casa cercana.
Duerme toda la noche y toda la mañana, y cuando despierta...
– El hombre está muerto, y no hay rastro del asesino –termino.
La comandante y él se miran fijamente.
– Esto no me gusta, sargento... –me dice la comandante Cano–. Pero le va
a gustar a la prensa, y mucho.
– Tenemos que acordonar la zona –responde el teniente Robles–. Y es
necesario interrogar a la gente del pueblo. Luego hablamos usted y yo, sargento –
me dice–. Debe contarme todos los detalles.
el su perior –przełożony
acompañado de – w towarzystwie
(kogoś)
el oficial – oficer
imaginar –
przypuszczać
estar a punto de – mieć zaraz (coś
zrobić)
ju bilarse – przechodzić na emeryturę
contento – zadowolony
saludar – witać się
el teniente –
pułkownik
la investigación – śledztwo
a su sórdenes – do pańskich
rozkazów
resumir – streszczać
pillar – zaskakiwać, przyłapywać
todo el / toda la – cały, cała
el asesino –
morderca
fijamente – uważnie
y mucho – i to bardzo
acordonar –
otaczać kordonem
interrogar –
przesłuchiwać
CAPÍTULO 8
EL JUEZ DE INSTRUCCIÓN y la forense llegan poco después. Hacen
fotografías y toman muestras de sangre y huellas.
– Los disparos son de escopeta, desde muy cerca –comenta la forense–. La
víctima ha intentado protegerse la cara: por eso tiene esas heridas en las manos.
El segundo disparo ha llegado desde arriba, con la víctima ya en el suelo.
– Parece un clarísimo caso de robo –añade la comandante Cano–. Todo está
igual que en los otros asaltos.
El teniente Robles apenas habla. Pasea por las habitaciones y toma notas en
una pequeña libreta.
La forense y el juez terminan su tarea por la tarde. El tenien-te se acerca a mí.
– Vamos a hablar con calma, sargento López –me dice finalmente, tras
despedirse de ellos.
Le hablo de los coches y de mi examen de la casa. Le cuento todas las
conversaciones y mis impresiones.
– Es uno de mis casos más extraños... –me dice cuando termino–. Vamos
a preguntar a los demás vecinos.
Nadie del pueblo ha visto nada. La casa del pastor todavía está rodeada por la
nieve, y el matrimonio de ancianos está de viaje. Interrogamos al pastor, pero no
sabe nada de ninguno de los dos coches.
– Bueno, al menos tenemos una pista –nos dice el teniente Robles–. El Suzuki
amarillo no está aquí. Y si su dueño no es la víctima, quizás pertenece al asesino.
el juez de instrucción – sędzia
prowadzący śledztwo
la muestra – dowód
la huella – odcisk
la escopeta – strzelba
intentar – próbować
protegerse – chronić się
el caso – przypadek
añadir – dodawać
el asalto – napad
apenas – zaledwie
pasear – spacerować
tomar notas – notować
la libreta – notes
la tarea – zadanie
acercarse – podchodzić
tras – po tym jak
el examen – przeszukanie
los demás – pozostali
al menos – przynajmniej
la pista – trop
el dueño – właściciel
pertenecer a – należeć do (kogoś)
CAPÍTULO 9
DESDE LUEGO, ESTE no es mi mejor año. Primero, el estrés en la división
de lucha antiterrori-sta; después, mi divorcio; y en tercer lugar, la enfermedad de
mi padre. Para pasar con él sus últimos días, cambio de departamento y ciudad...
y entonces ocurre el cuarto desastre: el asesi-nato.
Mientras pesco con mi padre, olvido a ratos el caso. La comandante Cano me
ha dado dos días libres para descansar. El río está en silencio, y nuestra
conversación es tranquila. Mi padre no me pregunta por el crimen ni por los
titulares en las noticias. Habla-mos de fútbol, de libros, incluso de su cáncer...
Pero al final mi mente vuelve al asesinato.
– Estás lejos de aquí. ¿A qué le das vueltas, hijo? –me pregunta finalmente.
– A todo –respondo–. Pienso en el día del asesinato. La quitanieves llega a las
siete y media: hasta entonces las carreteras están bloqueadas. Gonzalo Gómez entra
en su casa a las ocho. Amelia Sánchez no oye nada, y encuentra el cadáver a las
nueve. Todo ocurre en esa franja de hora y media. Pero nadie ha visto nada. El
todoterreno amarillo no ha aparecido aún: nadie tiene ese modelo de coche en la
región, y ninguna cámara de carre-teras lo ha grabado.
– ¿Y por qué descartáis a esa vecina como sospechosa? A lo mejor ha sido
ella... –me pregunta mi padre.
– ¿Matar a tu vecino con un guardia civil en tu sofá? ¿Cuando puedes hacerlo al
día siguiente? No es imposible... Pero nada apunta a ella.
– No sé... Quizá puede contaros algo más sobre el muerto. Quizá no ha sido un
robo, y hay algún móvil detrás de esto.
– Lo he pensado, y el teniente Robles tampoco descarta esa posibilidad. ¿Sabes?
Es posible. Voy a visitar a Amelia esta tarde.
desde lu ego – faktycznie
la división – dywizja
la lucha antiterrorista – walka
z terroryzmem
el desastre – katastrofa
el asesinato – morderstwo
mientras – podczas gdy
pescar – łowić ryby
a ratos – chwilami
descansar – odpoczywać
ni – ani
el titular – nagłówek
la mente – umysł
dar vueltas a – rozmyślać nad
la franja – odcinek czasu
aparecer – pojawiać się
grabar – nagrywać
descartar – odrzucać
a lo mejor – może
apuntar a –
wskazywać na
el muerto – zmarły
el móvil – motyw
CAPÍTULO 10
ANTES DE visitar a Amelia, paso por el cuartel. Pido a un compañero los
informes sobre los asaltos a las casas. Según la documentación, los atracos no
tienen un patrón claro de lugares ni fechas. Curiosamente, los robos no son
realmente robos: alguien entra en las casas y registra los cajones, pero no se lleva
nada. Se han cometido cinco asaltos en los últimos tres meses.
Pregunto también por los dos coches.
– ¿Dos coches? –me dice el agente del archivo–. Sólo han pedido información
sobre un todoterreno amarillo.
– ¿El teniente Robles no ha pedido también datos sobre un coche rojo? –
pregunto sorprendido.
– No, no hemos recibido esa solicitud.
Doy las gracias a mi compañero y voy a casa de Amelia. Está pálida y parece
cansada, pero es una mujer fuerte.
Me dice que el hermano de Gonzalo, David, va a venir al cuartel: tiene que
reconocer el cadáver. Le pregunto otra vez por el coche rojo, pero no sabe nada
sobre él.
– Sólo conozco los coches de los vecinos, hijo... Lo siento mucho.
– No pasa nada, doña Amelia. Su información ha sido de gran ayuda.
– Gracias a vosotros. Sé que Antonio va a descubrir al asesino.
– ¿Antonio? –pregunto extrañado–. ¿Conoce al teniente Robles de antes?
– Claro que sí... –me responde Amelia–. Ha venido al pueblo antes. Todo el
mundo en la zona conoce al inspector Antonio Robles.
antes de – zanim, przed
pasar por – wpadać (gdzieś),
zaglądać do
el informe – raport
según – według
el atraco – rabunek
el patrón – schemat
la fecha – data
llevarse – zabierać ze sobą
cometer – popełniać
los datos – dane
sorprendido – zaskoczony
la solicitud – wniosek
dar las gracias – dziękować
pálido – blady
reconocer – rozpoznawać
lo siento – przykro mi
no pasa nada – nic się nie stało
extrañado – zdziwiony
todo el mundo –wszyscy