Las terribles circunstancias
de la pandemia de la COVID-19 en Europa y el resto del mundo han transformado el interior de muchas personas. Los meses de confinamiento y la imposibilidad de viajar, los temores, el duelo o la crisis han llevado a muchos quizás a viajar con la mente y con el alma, a emprender una transformación personal profunda. Es momento para reflexionar, para dibujar en la mente proyectos bellos y edificantes, para resistir y seguir adelante con ilusión.Quizás el viaje más pleno, el más humano, sea el que se emprende cuando uno decide hacer una peregrinación, como el Camino de Santiago.
El viaje más espiritual
El Camino de Santiago no es solo un espacio físico, también es un espacio espiritual y mental en el que reflexionar. El camino empieza antes de desplazarnos físicamente a Galicia; “el verdadero camino”, en sentido
figurado, es la transformación mental y espiritual que mueve el interior del futuro peregrino; es todo aquello que se pone en marcha en el corazón y en el alma cuando decidimos emprenderlo.
En mi caso personal, decidí realizar el Camino de Santiago llevada por la necesidad de calma y reflexión. Con más de 50 años, siendo algo comodona, con una lesión fibrilar antigua y como senderista
principiante, se me hacía algo duro, pero las palabras de mi amiga Menchu me inspiraron: “El Camino es como la vida, vas caminando y pensando, algunas personas aparecen, otras se van o se desvían, las pierdes
de vista y a veces las vuelves a encontrar… A veces eres tú quien se detiene en una aldea o iglesia en particular o quien continúa cuando otros se han parado.
En definitiva: haces ‘tu camino’, como en la vida misma, vas con tus pensamientos y tus circunstancias”. Por ello, decidí probar, junto con mi amiga Carmen, y nos pusimos en camino contratando una agencia de
apoyo, al ser las dos inexpertas en estos temas.
Camino de Santiago para principiantes
Cuando se habla habitualmente del Camino, suele referirse al llamado Camino Francés, es decir, el recorrido de 764 kilómetros por el norte de España, donde confluyen los caminos europeos, que va
desde Saint- Jean-Pied de Port, por Roncesvalles, hasta Santiago de Compostela, pasando por ciudades llenas de historia, como Pamplona, Logroño, Nájera, Santo Domingo de la Calzada,
Burgos, León, Astorga, Ponferrada, Sarria, Palas de Rei, etc., y atravesando las comunida des autónomas de Navarra, La Rioja, Castilla y León y Galicia.
Son muchas las experiencias duras que se cuentan sobre el Camino de Santiago, por lo que algunas per- sonas no se atreven a caminar tantos
kilómetros en solitario. Quienes sean principiantes en esto, no estén en forma, tengan un problema físi- co o vayan con niños o ancianos, y quieran asegurarse cierto bienestar, lo mejor es que se dejen asesorar por una agencia y que empiecen por hacer pocos kilómetros. Cien kilómetros, por ejemplo, es el mínimo si se quiere lograr la compostela. Es fácil realizarlos en unos cuatro o cinco días, y más aún si se busca el apoyo de alguna de las agencias que organizan todo: transportan el equipaje, reservan el alojamiento, organizan las etapas, ponen a disposición un autobús de apoyo y un guía.
Aun a riesgo de no ser el “peregrino más auténtico”, al menos quien no esté en forma puede atreverse a probar esta experiencia.
Historia del Camino de Santiago y Xacobeo 2021 El origen de esta peregrinación está en la creencia de que en aquel lugar se hallaba la tumba del apóstol Santiago, de ahí el nombre de la ciudad situada en
el extremo noroeste de la península ibérica: Santiago de Compostela, en la comunidad autónoma de Galicia. Durante más de mil años han realizado este camino personas de los más diversos orígenes.
Hacia el año 830 el obispo de Iria Flavia, Teodomiro, identificó la tumba del apóstol Santiago a partir de señales que un eremita dijo que había visto; este hecho fue comunicado al rey de Asturias, Alfonso II
el Casto. A partir de ahí, se construyó un primer templo para albergar el sepulcro. Desde la Edad Media, esta fue la ruta usada por los peregrinos europeos hacia la tumba del apóstol. Todo ello fue muy importantepara
los reinos cristianos de España, como eje de intercambio cultural, religioso, artístico, económico y político. En 2021 se celebra el año Jacobeo, o en gallego Xacobeo. Ese año es considerado santo porque el 25 de julio, la festividad de Santiago, cae en domingo. Para celebrarlo, el obispo de la ciudad abre la Puerta Santa de la catedral de Santiago. El nombre Jacobeo viene del hebreo Ja’akob, transcrito como Jacob, que posteriormente
evolucionó a Sant Jakob, Sant Yago, Sant-Tiago y finalmente Santiago.
Apoyo experto en el Camino
Hemos consultado a los expertos más veteranos en el Camino de Santiago. Uno es el asturiano Enrique Marabini, de 65 años, que lleva 38 años guiando y prestando apoyo a peregrinos: “Era profesor de
educación física y empecé llevando a alumnos al Camino, luego también las madres quisieron apuntarse. Así, fuimos ampliando”. Hoy día,
Enrique, con su empresa, presta apoyo a unos 2000 peregrinos al año y realiza los diversos caminos durante todo el año. Enrique ha visto de todo: él y su equipo han guiado a la madre de la reina
Letizia, han tenido a cantantes y famosos entre sus clientes, han prestado asistencia, por ejemplo, a una familia que traía al hijo en una silla especial, pues este no podía andar. Y recuerda una anécdota: “Un padre trajo a sus dos hijos mayores para retomar el trato familiar, roto hacía años, y al entrar en Santiago, los tres se abrazaron; fue muy emotivo”. Para Enrique, lo más gratificante es ver cómo la gente, a pesar de sus limitaciones,
consigue su objetivo, y esto los “engancha” para probar otros caminos. Muchos peregrinos van motivados por el silencio y la soledad, pero como dice el dicho: “Cada cual hace ‘su’ camino”, así que también hay caminantes que desean tener contacto humano y apoyo. Además de apoyo y garantía de alojamiento y transporte en caso de incidente, si se quiere practicar el idioma español y conocer
gente, en un viaje organizado por una agencia local resulta fácil integrarse en el grupo y charlar. Raúl Igueño, de 45 años, es desde hace 15 años guía del Camino con la agencia peregrinos EM y explica a los peregrinos dónde
van a encontrar dificultades, dónde están los bosques más bonitos o los lugares más interesantes, dónde ver una iglesia románica o dónde hay un buen sitio para tomar pulpo a la gallega. Además, su carácter jovial y
comunicativo favorece la integración del grupo y la buena comunicación.
Cien kilómetros del Camino Francés
Hay varios caminos a Santiago: el Camino del Norte (o de la costa), el Primitivo, el Portugués, el Francés,
etc. Aquí nos centraremos en los últimos cien kilómetros del Camino Francés, que es el de mayor tradición, el mejor señalizado y el más cómodo, aunque también es el más concurrido.
Se trata de un recorrido agradable y fácil de realizar, que no tiene grandes desniveles y cuyas etapas discurren por preciosos caminos entre bosques, aldeas y campos sembrados. Caminando unos 20 o 25 km
al día, puede cubrirse perfectamente esta distancia en cuatro o cinco días.
Día 1: Ferreiros - Portomarín - Airexe
Se suele iniciar en Sarria, población que en verano
puede estar llena de gente. El primer tramo presenta
dificultad, por eso, nosotros partimos directamente
desde Ferreiros (km 100), el primer pueblo de la
Ribera Sacra lucense. Salimos por la mañana bien
temprano, tras caminar en descenso, disfrutando de
bellas vistas de aldeas, hórreos y campos sembrados,
llegamos a Portomarín, localidad en lo alto del Monte
do Cristo y a orillas del río
Miño, donde nos recibe una
gran escalera de piedra. Merece
la pena subir hacia la iglesia
de San Nicolás (finales del s.
XII), que fue trasladada piedra
a piedra hasta su actual emplazamiento,
dado que el antiguo
Portomarín quedó cubierto de
agua por el embalse que puede
verse a la entrada del pueblo.
Continuamos etapa, con subida,
hacia Gonzar, donde hay
un nuevo albergue con bar y se
puede descansar. Desde allí, seguimos hasta Ligonde
(km 74), donde hubo un hospital de peregrinos e incluso
un cementerio de peregrinos. Antes de llegar,
hallamos el famoso cruceiro de Lameiros, de 1670,
que muestra a Cristo en la cruz y, por el otro lado, a
la Virgen de los Dolores. Continuamos hacia Airexe
(km 73), donde concluimos esta etapa con una comida
casera en el Mesón Ligonde.
Día 2: Airexe - Palas de Rei - Melide
Partiendo de Airexe, fuera del Camino, a la derecha y
a 3 km, se encuentra la iglesia de Vilar de Donas, una
construcción románica con pinturas al fresco que es
una maravilla arquitectónica. Allí nos recibe Elena,
quien nos explica el origen de este maravilloso templo.
En Palas de Rei nos recibe la iglesia de San Tirso
(s. XII); esta es una población grande y cuenta con todos
los servicios (farmacias, bares, tiendas), incluido
un hotel con balneario. Continuamos en dirección
a Furelos, atravesando bosques de robles y eucaliptos.
En Furelos es curioso que el cristo de la iglesia
de San Xoán (San Juan) tiene un brazo hacia abajo,
como tendido para ayudar al peregrino. En la entrada
del pueblo, el bellísimo puente medieval de San
Xoán, con cuatro arcos de medio punto, cruza el río
Furelos. Continuamos hasta Melide (fin de etapa,
km 53), una población grande donde hay hoteles cómodos
y extraordinarias pulperías (como A Garnacha
y Ezequiel). Merece la pena hacer un alto y visitar sus
iglesias y el Museo de la Tierra Gallega, aparte de darse
un homenaje en una de las pulperías, regado con
un buen vino ribeiro o albariño.
Día 3: Melide - Arzúa - Salceda
A la salida de Melide (km 53), es imprescindible visitar
la bellísima iglesia románica de Santa María, que
es monumento nacional. Partimos desde aquí hacia
Boente. En la entrada del pueblo hay una bonita fuente
de piedra en la que se refrescan los peregrinos. A
partir de aquí encontramos varios “toboganes” (subidas
y bajadas, no aptas para todas las rodillas) que
nos conducen a Arzúa, a donde nos aproximamos tras
atravesar un bonito bosque. Previamente, llegando
a Ribadiso, hay que pasar un puente romano, tras el
cual hay un albergue de casitas tradicionales gallegas
y con escaleritas a un río donde se bañan los peregrinos,
un lugar con mucho encanto. Conviene llegar
con hambre a Arzúa, porque esta es la capital gallega
del queso (queso Arzúa-Ulloa). Los sibaritas disfrutarán
probando y comprando el queso de grelos (de
vacas que pastan estas hojas del nabo). A 40 km de
Santiago, esta es una de las ciudades más importantes
del camino coruñés.
A 5 km de Arzúa está Casa Assumpta, un bonito
alojamiento tradicional de piedra con hórreo, jardín
y finca. Desde Arzúa hasta O Pedrouzo, el paisaje es
tranquilo, algo monótono, con prados y eucaliptos.
Continuamos hasta Calzada (km 32), donde se puede
hacer un alto; en el bar Salceda nos atiende Luisa,
su simpática dueña. Continuamos hacia Salceda
(km 27). Allí hay un buen bar para comerse unas zamburiñas
o cualquier otra especialidad gallega, Casa
Teodora. El dueño es un simpático personaje.
Día 4: Salceda - O Pedrouzo - Santiago
de Compostela
Partimos desde Salceda hacia O Pedrouzo.
Una vez aquí, caminamos 4 kilómetros
famosos por la belleza del paisaje y también
porque en agosto de 2014 este tramo
lo hicieron caminando el expresidente
del Gobierno Mariano Rajoy y la canciller
alemana Angela Merkel. Llegando a
Amenal, nos espera la subida hacia el aeropuerto
de Lavacolla (a 11,3 km de Santiago),
que fue ampliado recientemente,
para hacerlo internacional, y quitó 3 km al
Camino. Tras pasar por San Paio, llegamos
a la aldea de Lavacolla, cuyo nombre parece
proceder del río donde los peregrinos
se lavaban para llegar limpios ante el
apóstol.
Desde aquí ya podemos ver el Monte
do Gozo, llamado así por la alegría y el
gozo de los peregrinos al divisar la ciudad.
Hay dos opciones, según el tiempo
y las energías que uno tenga: una opción
es hacer parada y alojarse en alguno de los
albergues u hoteles que están en las afueras
de la ciudad, para bajar a Santiago el día
siguiente y llegar por la mañana temprano
a abrazar al santo. Y la otra, si se tiene aún
resistencia, es continuar y llegar a Santiago,
para extasiarse ante la vista de la catedral
en la misma plaza del Obradoiro, en
la que confluyen cientos de peregrinos
emocionados y exhaustos.
He hecho el Camino dos veces (la primera
con una amiga y recientemente con
mi hija Marina) y ambas han sido experiencias
gratificantes. La última vez, con
mi hija, ha sido una experiencia doblemente
satisfactoria, no solo personal, sino
como madre, por poder darle a mi hija los
valores que transmite esta experiencia, sacar
a una adolescente de su móvil, tableta,
ordenador…, ponerla en mitad de la naturaleza
y ver cómo afronta el reto de caminar
25 km al día, de comer lo que haya,
de madrugar y levantar la cabeza hacia el
cielo, y respirar profundamente. El Camino
me ha servido para tomar conciencia,
renovar el pensamiento –y también el
cuerpo–, pues al caminar, el corazón late
más fuerte, la sangre parece renovarse, los
pulmones agradecen ese aire puro. Todo
ello te da una conexión física única en comunión
con la naturaleza.
Más información:
Xacobeo 2021:
www.turismo.gal/espazo-
institucional/xacobeo
www.santiagoturismo.com
www.caminodesantiago.gal
Asociación de Amigos del
Camino
www.amigosdelcamino.com
Agencias especializadas:
Peregrinos EM:
www.peregrinosem.com
Tee Travel:
www.tee-travel.com
Albergues:
www.alberguescaminosantiago.com